Una combinación de factores que incluyen falta de inversión, imprevisión y elementos climáticos inusuales causaron una «tormenta perfecta» en el sector
La escasez de gas escaló a niveles de emergencia este martes por la noche cuando el Gobierno decidió cortar el gas en todas las estaciones de servicios de Gas Natural Comprimido (GNC) del país y también a los grandes usuarios industriales. Es decir que no solo se bajó la palanca a los contratos «interrumpibles», sino también a los que se consideran «firmes». Las usinas de generación de electricidad se encuentran con un mínimo de utilización de combustible, un paso previo a los apagones de luz programados. En el sector del GNC hablan de una «tormenta perfecta».
La decisión fue tomada por el comité de crisis al que convocó la Secretaría de Energía que conduce Eduardo Rodríguez Chirillo al Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) y empresas del sector, luego de que un barco de GNL comprado a la brasileña Petrobras rechazara el pago con una carta de crédito, por los más de USD 20 millones que costó el cargamento. Eso implicó una reducción de 14 millones de metros cúbicos en la red de gasoductos. Además, hubo problemas técnicos en dos plantas compresoras de Transportadora Gas del Norte (TGN) en Córdoba y San Luis, ya normalizados, por los que se perdieron otros 2 millones de metros cúbicos.
Ante la consulta de Infobae, en la Secretaría de Energía afirmaron que desde las 9 de este miércoles el barco de Petrobras se encuentra en operación y que «a lo largo del día se irá regularizando la situación de cortes de suministro».
Se agrava la crisis del gas: hay faltantes en varias provincias y hoy podrían cerrar todas las estaciones de servicio de GNC
A los eventos que se sumaron que las olas de frío polar llegaron antes de lo que estaba previsto a la Argentina y, por tanto, se disparó el consumo energético en las últimas semanas. La demanda de hogares e industrias llegó a los 80 millones de m3 diarios, casi el doble de los 45 millones de m3 que suelen consumirse en esta época del año. Lo primeros suministros interrumpidos fueron estaciones de GNC e industrias con contratos interrumpibles.
El economista del IIEP de la UBA, Julián Rojo, apuntó: «No hay gas porque no compraron. En los últimos años, durante mayo tenían fecha de amarre unos 7 cargamentos de GNL por unos 12-14 MMm3/día durante el mes. Con fecha de amarre en mayo-24 solo hay 3 cargamentos por 5 MMm3/día. Bolivia, además, no puede mandar más de 5MMm3/día».
En definitiva, hay cinco razones por las cuales se agravaron los faltantes de gas natural en el país y comenzaron a profundizarse los cortes de suministro:
1) Atrasos en obras públicas de ampliación de la red de gasoductos:
El Gasoducto Néstor Kirchner (GPNK) fue diseñado para transportar desde Vaca Muerta unos 11 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d) de gas natural hasta la conexión con el Neuba II en Salliqueló. Se licitaron dos plantas compresoras adicionales de 5 MMm3/d cada una para extender su capacidad a 21 MMm3/d.
Aunque el GPNK estuvo listo desde inicios de agosto de 2023 y actualmente transporta 13,3 MMm3/d, las plantas compresoras de Tratayén y Salliqueló debieron estar finalizadas durante la primavera del año pasado.
Problemas con las importaciones de insumos y la escasez de divisas, sumados al parate en la obra pública, han demorado sensiblemente la finalización de estas plantas. Se espera que las obras concluyan el 29 de junio, aunque algunos sectores del sector energético aseguran que habrá más retrasos.
2) Problemas técnicos en transportadoras de gas:
Problemas técnicos en dos plantas compresoras de Transportadora Gas del Norte (TGN) en Córdoba y San Luis.
3) Falta de previsión en la planificación del suministro:
La Secretaría de Energía no contrató un barco regasificador para Bahía Blanca durante el verano, que podría haber aportado unos 13 MMm3/d de gas natural en el invierno como respaldo del sistema.
El retraso en la descarga de un cargamento brasileño de GNL
La decisión de no gastar cerca de 100 millones de dólares en este backup, sumado al costo de los buques con gas licuado, resulta ahora muy costosa debido al frío anticipado.
4) Altos costos de las importaciones de combustibles líquidos:
El faltante de gas se cubre ahora con importaciones de combustibles líquidos (gasoil y fuel oil) para las centrales termoeléctricas, con un costo superior a 500 millones de dólares.
Con dos barcos más de gas licuado entre el 14 y el 23 de mayo, se podrían haber gastado apenas 60 millones de dólares.
5) Factores climáticos y operativos adicionales:
Las temperaturas en mayo sorprendieron por lo bajas, adelantando la demanda invernal hogareña.
Las inundaciones en Porto Alegre, Brasil, cortaron una potencial fuente de importaciones de energía hidroeléctrica.
Sectores afectados
Los primeros afectados por los faltantes de gas natural en las últimas semanas fueron los «contratos interrumpibles», que son por donde se empiezan los cortes para administrar con mayor cintura la capacidad de transporte de gas hacia los hogares. Este tipo de acuerdos, a diferencia de los que son «en firme», son más económicos y encuadran principalmente a unas 200 estaciones que surten GNC ubicados mayormente en el AMBA, pero también en otros puntos del país, y a algunos usuarios industriales.
Pero este martes la combinación de eventos desfavorables llevaron al sistema a un punto crítico. Por lo tanto, el comité de crisis que encabeza Energía definió cortar el suministro en todas las estaciones de GNC del país, a los grandes usuarios industriales de todo el país y usinas térmicas.
«Se procedió a cortar el suministro de gas a la demanda no prioritaria (industrias, centrales termoeléctricas y estaciones de GNC) para cuidar a los usuarios prioritarios (hospitales, escuelas, hogares y comercios). El objetivo está puesto en poder seguir abasteciendo la demanda prioritaria y los hogares residenciales», dijeron en la Secretaría.
Riegos y falta de obras
Existen dos riesgos latentes que quiere evitar la Secretaría de Energía. El primer riesgo es que el faltante de gas se sienta en las usinas en las que se quema el fluido para generar electricidad, es decir, que se traduzca en cortes programados de suministro eléctrico. Para eso Energía solicitó a Cammesa que haga uso del transporte de gas solo hasta el mínimo técnico y utilice combustibles líquidos para sostener la demanda eléctrica.
El otro riesgo, descartado por el Gobierno y las distribuidoras, es que haya cortes de suministro de gas residencial. En principio estos clientes son «ininterrumpibles» y un corte implicaría grandes peligros para la seguridad de la población.
Esta situación de emergencia se da en el marco de temperaturas más bajas a lo previsto para esta época del año, una planificación de suministro que resultó deficiente y el ahorro tanto en importaciones como en obras que buscó el Gobierno para sostener el superávit fiscal. Por ejemplo, la semana pasada Cammesa salió a licitar de urgencia cargamentos de gasoil y fuel oil que tendrán un costo de unos USD 500 millones para el Tesoro, gasto que no estaba previsto originalmente. A eso se sumó el buque de GNL proveniente de Brasil.
Un ejemplo claro es la demora en la puesta en marcha «plena» del Gasoducto Néstor Kirchner, que actualmente funciona a la mitad de su capacidad por los problemas de importaciones que se registraban con el Gobierno anterior y el freno de la actual gestión a las partidas destinadas a la obra pública.