La reducción de tasas del Banco Central tiene como objetivo controlar la emisión de pesos y seguir licuando los stocks de pesos de los argentinos.
En línea con las expectativas, el Banco Central (BCRA) anunció una nueva reducción de la tasa de política monetaria, llevándola del 80% al 70%. Esta decisión, que implica un rendimiento efectivo mensual (TEM) del 5,4% y una tasa efectiva anual (TEA) del 101,2%, también incluyó un aumento en los encajes de las cuentas remuneradas, del 0% al 10%.
Los bancos reaccionaron rápidamente a esta medida ajustando las tasas de plazos fijos a 30 días. Banco Nación (BNA) ya había reducido su tasa del 70% al 65% durante la semana, y otros bancos siguieron este camino. En general, las tasas se ajustaron a niveles entre el 68% (Banco Macro) y el 66% (BBVA) a partir de ese día.
Este cambio en las tasas de interés de los plazos fijos tiene un impacto directo en la economía argentina, especialmente en un contexto de inflación persistente. Según el economista Pablo Ferrari, la política de mantener tasas por debajo de la inflación contribuye al deterioro del peso y se combina con un dólar estable o a la baja, lo que genera un escenario de «licuación y recesión» para combatir la inflación.
Por otro lado, la reducción de tasas también podría afectar el costo de los créditos, como señala el economista Federico Glustein. Esta medida busca suavizar el acceso al crédito y reducir las expectativas inflacionarias, así como licuar las próximas emisiones.
La decisión del Banco Central de reducir las tasas se produce justo antes de que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publique el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que se espera que ronde el 10%. Sin embargo, según una fuente oficial, esta reducción no está vinculada directamente al IPC, sino más bien al desarme de pasivos remunerados y al objetivo de dirigir la atención hacia las licitaciones del Tesoro.
En resumen, la reducción de tasas del Banco Central tiene como objetivo controlar la emisión de pesos y seguir licuando los stocks de pesos de los argentinos. Esta medida también se complementa con una flexibilización del acceso al mercado oficial de cambios para las micro, pequeñas y medianas empresas, que podrán pagar sus importaciones en un plazo de 30 días, así como con la posibilidad de pago anticipado en importaciones de bienes de capital.