¿Está cerca el fin del cepo al dólar? Caputo debe decidir sobre la reducción de tasas

14 de octubre de 2024

La combinación de crecimiento económico débil, inflación y un mercado cambiario volátil plantea desafíos importantes para el gobierno y los agentes

En la primera rueda de la semana, el dólar blue se vende este lunes a $1.190 en las cuevas del microcentro porteño. En el segmento bursátil, el dólar contado con liquidación se negocia a $1.182; mientras que el dólar MEP opera en $1.137. 

El panorama económico argentino continúa presentando un escenario complejo y volátil, marcado por una inflación persistente, un crecimiento económico lento y desafíos en el frente cambiario. Según un reciente informe de la sociedad de bolsa Cohen, si bien el Gobierno ha mostrado un compromiso con la disciplina fiscal, diversos factores internos y externos están poniendo a prueba la estabilidad macroeconómica del país.

Los analistas consultados coinciden en que la recuperación económica es frágil y heterogénea, con indicadores sociales que reflejan un deterioro significativo. La pobreza ha alcanzado niveles alarmantes, erosionando el apoyo al gobierno y generando tensiones entre las necesidades políticas y económicas.

En el plano monetario, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) se enfrenta a un desafío crucial: mantener la estabilidad cambiaria y controlar la inflación, mientras que al mismo tiempo busca estimular la actividad económica. Las expectativas de una nueva baja en la tasa de interés de referencia han generado debate entre los expertos, quienes advierten sobre los riesgos de una mayor dolarización de las carteras y una pérdida de reservas internacionales.

Analistas relevados destacan que el cepo cambiario sigue siendo una restricción importante para el desarrollo económico, y que las flexibilizaciones implementadas hasta el momento han sido marginales. A pesar de un «veranito financiero» impulsado por el blanqueo de capitales, las reservas internacionales continúan siendo el principal cuello de botella para la economía argentina.

Por tal motivo señalaron que nuestro país se encuentra en un punto de inflexión, donde las decisiones políticas y económicas tendrán un impacto significativo en el futuro del país. La combinación de una alta inflación, un crecimiento económico débil y un mercado cambiario volátil plantea desafíos importantes para el gobierno y los agentes económicos. Los próximos meses serán cruciales para determinar si Argentina logra estabilizar su economía y recuperar la confianza de los inversores.

Optimismo sin reservas

De acuerdo con un informe de la sociedad de bolsa Cohen, el panorama económico de Argentina continúa mostrando señales mixtas. Por un lado, el Gobierno mantiene su compromiso con la disciplina fiscal -es innegociable- y para el Presupuesto 2025 estableció una regla automática de equilibrio financiero. Sin embargo, alertaron que las presiones en el Congreso y los intereses no devengados -cerca del 2% del PBI- representan riesgos latentes que podrían complicar las proyecciones a futuro.

En términos de actividad económica, aunque ya tocó piso, explicaron que la recuperación es muy lenta y heterogénea, mientras que la inflación muestra resistencia a converger con la dinámica del tipo de cambio oficial. En este contexto, y tal como se esperaba, los indicadores sociales marcaron un fuerte deterioro, con la pobreza alcanzando al 53,9% de la población en el primer semestre.

«Este factor parece empezar a erosionar el apoyo al gobierno, evidenciando una sensible caída en su imagen durante el último mes. Si bien el respaldo sigue siendo elevado, esta situación podría generar que prevalezca la necesidad política -mantener el statu quo y evitar cualquier salto devaluatorio- por sobre la necesidad económica -el cepo, la falta de inversiones y la dificultad para que la economía despegue», indicaron.

En el mercado cambiario, estimaron que aunque el BCRA cerró el mes con un resultado prácticamente neutro, las reservas netas continúan en terreno negativo. A pesar de especulaciones sobre un posible acuerdo con el FMI -poco probable debido a la visión económica del organismo, más inclinada a una corrección cambiaria- o un REPO que ayude a fortalecer las reservas, observaron que las expectativas para octubre son complicadas, con fuertes ventas previstas y una mayor caída de las reservas.

¿Se viene una nueva baja de tasas del BCRA?

Para uno de los principales bancos porteños, para lo que resta del año los vencimientos de las LECAPs cortas ascienden a $15,3 billones, mientras que el Tesoro sólo dispone de $13 billones en su cuenta corriente en el BCRA. Dado, que el Tesoro Nacional sólo puede cubrir parcialmente los futuros rescates con su cuenta en el BCRA, estimaron que se deberá generar incentivos a que las entidades financieras no roten sus activos hacia LEFI.

En este sentido, observaron que la manera más natural para lograr esto último es mediante la baja en la tasa que pagan las LEFI, por lo que vaticinaron que el BCRA «tiene margen» para una nueva baja en la tasa de interés de referencia sin necesariamente corregir el ritmo de crawl.

«En cambio, si se optara por comenzar una flexibilización más agresiva, el inicio de un nuevo ciclo de baja de tasas debería venir acompañado por una reducción en el ritmo de devaluación. En este contexto, vemos como un escenario probable que en el corto plazo (próximos meses) el BCRA recorte las tasas», señalaron,

Para los analistas del reconocido banco, el riesgo de una baja en la tasa de interés de referencia, y por ende del sistema, es que, al igual que ocurrió a mediados de año, el incentivo por mantener posiciones de corto plazo no compense el potencial riesgo de una suba en la brecha cambiaria, dando lugar a una dolarización de carteras. Sin embargo, señalaron que esto último va a depender de la agresividad con la que el BCRA decida encarar el proceso de baja.

«Dada la experiencia reciente creemos que serán más cautelosos, por lo que esperamos que la baja de tasas esté más cercana a 5 puntos porcentuales. Por último, la baja en las tasas de referencia debería llevar a una expansión pasiva de la liquidez por parte del BCRA debido a una eventual mayor demanda de pases activos. No obstante, como esto directamente no afecta la cantidad de depósitos del sistema no debería tener efectos negativos sobre el proceso de desinflación», concluyeron.

¿Hasta acá llegó el carry trade?

En cuanto al cepo, según los expertos de Cohen, la CNV ha implementado flexibilizaciones marginales, pero el Gobierno mantiene que no se harán cambios significativos hasta que la «inflación neta» (teniendo en cuenta el crawling peg y la inflación internacional) sea cero, lo que se estima en torno al 2,5% m/m. Todo esto ocurrió en un contexto muy positivo para los mercados durante el mes, con una disminución del riesgo país, reducción de la brecha cambiaria y aumento de los depósitos en dólares.

En este sentido, apuntaron que este «veranito financiero», impulsado por el blanqueo -extendido por un mes más-, ha brindado un respiro temporal. Sin embargo, advirtieron que dado que las reservas internacionales siguen siendo el principal foco de tensión, mantienen una postura positiva en bonos provinciales y corporativos en dólares, priorizando los instrumentos ajustables por CER para las inversiones en pesos. Además, consideraron menos atractivo el carry trade debido a la reducción de la brecha cambiaria.

«A pesar de la persistencia del superávit comercial, al BCRA le resulta cada vez más difícil acumular reservas internacionales y revertir el saldo negativo. Como hemos señalado, una de las principales barreras para consolidar la recuperación de los activos locales es la dinámica de las reservas y la falta de avances en la flexibilización del control de cambios», precisaron.

Sin la «escalerita» de los pagos de importaciones, estimaron que el mercado cambiario enfrenta presiones del dólar blend -el 20% de las exportaciones de bienes y servicios que no se liquidan en el oficial-, el déficit en otras cuentas y la falta de ingresos financieros. Los datos de agosto confirman esta tendencia: por tercer mes consecutivo, hubo un saldo negativo en la cuenta corriente cambiaria, y el BCRA solo logró comprar más de u$s500 M gracias al ingreso de dólares de una energética.

«En septiembre, aunque el BCRA terminó prácticamente neutral, con compras netas por u$s18 M, esto fue favorecido por la aceleración de la liquidación del agro, que habría aportado USD 500 M. Así, en los últimos cuatro meses, el superávit del mercado cambiario fue de apenas u$s350 M. Consideramos que, en octubre, ante la mayor demanda de divisas para el pago de importaciones, las presiones sobre el mercado cambiario continuarán, llevando a que las reservas netas sigan en terreno negativo», concluyeron.

Por último, indicaron que el carry trade ha perdido atractivo. La fuerte caída de los dólares financieros los ha llevado, en términos reales, a sus niveles previos a las PASO de 2019. Recomendamos a los inversores argentinos aprovechar la oportunidad de dolarizarse al precio más bajo de los últimos cinco años. Por lo tanto, solo sugirieron el carry trade a aquellos inversores con un alto apetito por el riesgo, apostando a que las intervenciones del BCRA en el mercado de dólares financieros sigan limitando la brecha. (iProfesional)

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