Milagros Mac Donnell

25 de junio de 2024

Diferenciación

En el ámbito de la administración y el marketing, se suele debatir ampliamente sobre la diferenciación. Como en tantos aspectos de la vida, entender teóricamente algo es más sencillo que llevarlo a la práctica, y este tema no es la excepción.

Recientemente, mientras exploraba nuevas iniciativas, también comencé a cursar la materia del proyecto final de mi maestría. En este curso, se nos pide definir un tema al cual podamos aplicar los conocimientos adquiridos a lo largo del año. Un aspecto crucial que se nos insta a considerar es la diferenciación en nuestros proyectos. Los tutores, al escuchar nuestras ideas, nos cuestionaron: «¿Cuál es la distinción de tu proyecto? ¿Qué hará que las personas te elijan a ti en lugar de optar por otro negocio o profesional?»

Honestamente, tanto mis compañeros como yo titubeamos al responder esta pregunta. Aunque cada uno pueda concebir su diferencial, nada garantiza que eso sea suficiente para atraer a las personas. Personalmente, considero que, si bien es importante destacarse del resto, no debemos limitarnos únicamente a eso. Es esencial ser excepcionales en aspectos fundamentales como la limpieza, el trato amable de los empleados, la atención postventa, y otras actitudes que moldean la percepción que los clientes tienen de nuestra empresa. Una mala experiencia puede eclipsar cualquier diferenciación que intentemos establecer, y es algo que observo frecuentemente en las críticas hacia negocios que descuidan estos aspectos en favor de resaltar una singularidad.

Por lo tanto, es crucial asegurarnos de que todas las áreas de nuestro negocio estén bien cubiertas. Solo así podremos brindar un servicio de calidad y destacarnos verdaderamente por nuestra diferenciación definitiva.

La autora es licenciada en Administración de Empresas.

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