El Gobierno pone la proa rumbo a la competencia de monedas, sin emisión y con superávit fiscal, lo que obliga a adaptar las inversiones al nuevo escenario
Los inversores deben dejar de lado las opciones de inversión defensivas, hay que pasar al ataque comprando bonos soberanos en dólares.
Los mercados se encuentran en un compás de espera, la política económica sigue mostrando que no declinarán los esfuerzos por obtener superávit fiscal, no habrá emisión monetaria y la inflación comenzó a ceder. Esto implica que se viene un cambio en la cartera de bonos.
Los bonos en pesos ajustados por inflación comenzarán a dejar de brillar, si no están empujados por índices más elevados de inflación. Las rentabilidades declinarán y, por otro lado, el presidente podría cambiar la estrategia y pasar de tasas negativas a tasas positivas frente a la inflación. Esto dejaría a estos títulos con fuertes caídas en las paridades, ya que pasarían de tasas de retorno negativas a positivas, y esto afectaría su paridad.
Si el Gobierno sigue en la política de superávit fiscal y no emisión, no hay motivos para pensar que una devaluación del peso está en camino. El Gobierno lucha a brazo partido frente a la inflación, una devaluación del signo monetario le jugaría en contra de sus planes. En este contexto tampoco vemos a los bonos ajustados por dólar linked o duales como objeto de deseo.
Los bonos que pueden dar un salto en precios son los bonos soberanos en dólares, como la familia de los AL o GD. Estos bonos podrían seguir escalando a la suba, buscando como objetivo valores que se ubicarían entre u$s65 y u$s70 de acuerdo a plazo del título, a más corto plazo más paridad, más largo plazo menos paridad.
El Gobierno necesita que el dólar no caiga demasiado
En cuanto al dólar, el Gobierno necesita que no caiga demasiado, ya que esto sería un desincentivo para los exportadores. Quienes exportan liquidan el 80% en el mercado del dólar mayorista y un 20% en el mercado del dólar contado con liquidación. El Gobierno buscaría ampliar la compra de dólares contado con liquidación, que hoy tiene un límite de u$s200.000 diarios, para incrementar la demanda de este dólar, y hacer que arbitre a la suba. Sería como levantar un poquito el cepo, y mejorar el dólar de exportación.
El Gobierno necesita que el dólar no caiga demasiado, ya que esto sería un desincentivo para los exportadores.
Si esta medida se aplica, podremos ver una mejora en el precio de los dólares alternativos, pero nada que cambie el rumbo actual. Los argentinos tienen unos u$s200.000 millones en ahorros, de los cuales se estiman que unos u$s80.000 millones están en negro. Si el ahorro sigue en cajas de seguridad y no se transforma en inversión, difícilmente la economía crezca. Los privados tienen la palabra.
El Gobierno está cumpliendo su parte en el acuerdo: ya no hay déficit fiscal, tampoco emisión monetaria, y estamos a mitad de camino para lograr la capitalización del Banco Central.
El Fondo Monetario Internacional sigue sin llegar a un acuerdo con Argentina, discrepa en el programa de Javier Milei, cuando en realidad debería apoyarlo, ya que dejamos de tener déficit fiscal, la inflación está cediendo y el Banco Ctoma rumbo a una mejora en sus indicadores.
Conclusión: la mejor alternativa, bonos soberanos AL o GD
El camino es largo, porque el Banco Central necesita que ingresen más dólares para fortalecer las reservas. Por ahora, todo está controlado, pero se necesita un esfuerzo adicional.
Fiscalmente, con superávit y sin emisión monetaria, el mercado monetario y cambiario se debería ordenar, sin una devaluación del peso. La inflación cede semana a semana.
El cisne negro es una cosecha de maíz comprometida por problemas climáticos e infecciones en las plantas que podrían dejar como resultado una merma importante en la cosecha. Esto implica menos dólares que ingresan, caída en la recaudación, y suba de precios ligados a la carne, leche y huevo, entre otros.
Si el precio del dólar sigue cayendo, esto obligará a que el Banco Central tenga que comprar para sostener el precio. El Gobierno desea generar otros incentivos para que deje de caer. Por eso creemos que se les permitirá a las empresas mayores compras de dólares entre privados.
La mejor alternativa de inversión pasa por los bonos soberanos AL o GD en cualquiera de sus variantes y plazos.
Las acciones comenzarán un rally alcista, en la medida que Argentina logre financiamiento internacional, y el riesgo país perfore el nivel de los 1.200 puntos, hoy se ubica en 1.439. Se terminaron las apuestas defensivas, como comprar dólares o bonos en pesos ajustados por inflación, el Gobierno pone la proa rumbo a la competencia de monedas, y tendremos que adaptar las inversiones a dicho escenario.